LO QUE LOS PADRES DEBEN SABER
SEÑALES DE ADVERTENCIA DE QUE UN JOVEN O UN HIJO
PODRIA ESTAR CONSUMIENDO DROGAS:
No es fácil saberlo, sobre todo cuando ha tomado droga por única vez o lo hace de manera muy esporádica. Algunos de los signos se confunden con los del crecimiento. Antes de sacar conclusiones de que un joven consume o no consume drogas, usted debe estar seguro, aunque note usted algunos de los puntos que se anotan a continuación
-Los signos de que actualmente un joven está drogado pueden incluir los ojos inyectados en sangre, dilatados o pupilas estrechas, con problemas de coordinación, cambios en los patrones de discurso, hiperactividad, temblores u olores inusuales en su respiración, el cuerpo o la ropa.
-Los consumidores de drogas por vía intravenosa a menudo tienen marcas de las agujas en sus brazos o piernas.
-Las personas que abusan de la cocaína pueden tener hemorragias nasales frecuentes.
-Fumar drogas a través de vidrio caliente o de un tubo de metal puede dejar marcas de quemaduras en los labios o en los dedos.
-Las personas que consumen éxtasis pueden apretar sus dientes de manera involuntaria, beber grandes cantidades de agua y quedar fascinadas con facilidad por cosas sencillas como las luces, sonidos y objetos inanimados.
EVIDENCIAS EN LOS CAMBIOS DE PERSONALIDAD O DE HUMOR:
Aunque los cambios de humor leves por lo general no son motivo de preocupación, los cambios drásticos e inexplicables en la personalidad o en el estado de ánimo pueden indicar el consumo de drogas. Por ejemplo, una persona que normalmente es tranquila y pasiva repentinamente sea agresiva sin motivo.
Algunos ejemplos de cambios de personalidad debido al consumo de drogas es también experimentar aturdimiento, modorra o letargo. Aunque otra enfermedad puede estar causando este cambio en el estado de ánimo o personalidad, esto es un signo común de abuso de drogas.
CAMBIOS EN LOS PATRONES DIARIOS:
El toxicómano puede cambiar los hábitos para dormir, incluso mucho menos o mucho más de lo normal. Podría comer mucho más o tener pérdida de apetito. Los niveles de productividad en el trabajo, en la escuela pueden parecer que aumentan o disminuyen repentinamente. La persona puede cambiar repentinamente de aficiones y hasta de amigos con los que suele divertirse o incluso pueden dejar estas cosas por completo. Pérdida de interés en sus actividades favoritas tales como deportes y hobbies, escuela, trabajo o amigos.
PROBLEMAS ECONOMICOS:
Las personas que consumen drogas suelen tener una necesidad inexplicable de tener dinero. Parece como si nunca tuvieran suficiente dinero. Si la persona no tiene un buen trabajo, podría pedir constantemente préstamos de dinero e incluso robar para alimentar su hábito de drogas.
METERSE EN PROBLEMAS:
Es común tener conflictos y peleas frecuente con familiares o amigos, como tener altercados verbales y posiblemente físicos con extraños. No seguir las responsabilidades, involucrarse en conductas de riesgo e incluso en problemas legales también son comunes.
COMPORTAMIENTO RESERVADO O SOSPECHOSO:
Muchas personas que consumen drogas intentan ocultar su abuso ante los demás. Es frecuente descubrir mentiras sobre lo que está haciendo con el dinero, cómo está pasando su tiempo o dar excusas ilógicas por la mala conducta.
Con frecuencia hay pérdida de dinero o de pertenencias de la casa. Desaparición de objetos de valor o joyas, medicamentos, alcohol o limpiadores del hogar, para venderlos. Esto podría indicar que alguien está robando estos elementos con el fin de apoyar un hábito de drogas.
RENDIMIENTO O ASISTENCIA:
Notable caída en el rendimiento escolar o asistencia a la escuela o abandono de los estudios. Aunque los consumidores de drogas normalmente dan excusas para esto, estas excusas finalmente resultarán ser ilógicas y falsas. Los retrasos frecuentes también son comunes.
OTROS:
– Alejamiento de la compañía de otras personas. Tendencia a aislarse en su habitación.
– Incorporación a un nuevo grupo de compañeros de la misma edad.
– Disminución de la comunicación verbal y afectiva.
– Empobrecimiento del vocabulario. Repetición de palabras y frases frecuentemente. Habla mucho sin parar. Lenguaje incoherente.
– Abandono de aficiones e intereses.
– Pérdida de peso o apetito excesivo.
– Exceso dolor de cabeza.
– Nauseas.
– Cambio brusco en los hábitos de higiene, en el cuidado y aseo personal.
– Evidente aumento de mentiras.
– Manchas, olores o marcas en su cuerpo o ropa, tal vez cerca de la casa y que no se puedan explicar normalmente.
– Recepción de llamadas telefónicas de personas desconocidas.
– Presencia de instrumentos necesarios al consumo de drogas, sospechosa aparición de comprimidos frascos de colirio, jarabes y envases de medicamentos, polvos raros, tabletas, cápsulas, jeringuillas, agujas hipodérmicas.
– Falta de motivación, incapacidad para cumplir con las responsabilidades.
– Distracción, risas excesivas e inmotivadas.
– Actividades antisociales tales como mentir, robar, faltar al colegio, etc.
– Actitudes furtivas o impulsivas, uso de anteojos obscuros aunque no haya exceso de luz.
– Uso de camisas de mangas largas incluso los días calurosos.
– Reacción defensiva cuando se mencionan las drogas y el alcohol en la conversación.
– Falta de expresión en el rostro; monotonía en la voz.
– Afecciones bronquiales, congestión en nariz y garganta y otros problemas de salud. Tos crónica.
– Depresión emocional; frecuente mención del tema del suicidio.
– Confusión sobre el lugar, hora y día.
– Crisis de miedo o temor exagerado.
– Excesiva calma o lentitud. Aspecto somnoliento o atontado.
– Dificultad para coordinar movimientos. Apariencia de borrachera.
– A veces oye, ve o siente cosas que no existen.